La clase política española sigue sin ver ni escuchar cuanto acontece en las plazas de ciudades de nuestra geografía. Algunos se acercaron y alabaron el discurso de los manifestantes la víspera de los comicios autonómicos y municipales, ahora todos callan como…
Los socialistas realizan un enorme paripé convocando unas «democráticas» primarias a las que sólo se presentará la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba. Antes, una Carme Chacón compungida anunciaba la retirada de la suya sin haberla ni tan siquiera presentado con anterioridad. Es el único gesto de responsabilidad y altura de miras que he visto estos días, aunque algunos lo vean como un acto de impulso o de coger carrerilla para un próximo futuro. Todos tan contentos, Zapatero salva el puesto de secretario general hasta el año que viene evitando un congreso, Rubalcaba, como era su intención, evita «pelearse» con otro aspirante y Blanco anuncia algo así como una conferencia de ideas, en lo que será una nueva representación de la Divina Comedia. Todo ello en un intento de normalizar al máximo la sucesión y con las vistas puestas en unas Elecciones Generales que deberán adelantarse a su fecha y cuyo resultado no diferirá mucho de los del pasado 22 de mayo.
Todos ciegos y sordos. Lejos de tomar nota de lo que sucede en la calle, la distancia con ésta se incrementa a pasos agigantados. Para muestra un botón. Si se demanda mayor democracia a todos los niveles incluida la de los partidos, se contesta con todo lo contrario. Si la militancia aboga por tener mayor cuota de participación, se les ignora. Siguen con mayor fuerza las protestas (y visto lo visto seguirán) contra el modelo democrático que nos gobierna, contra los abusos de poder, contra una corrupción «normalizada» y contra unos políticos que sólo piensan en aferrarse a su sillón por encima de cualquier otra circunstancia. Hablando de apego al cargo, en La Rioja, a los dirigentes socialistas, con Martínez Aldama a la cabeza, parece habérseles tragado la tierra, como queriendo, con su silencio, pasar el tiempo y pretender el olvido de los demás ante la recolocación venidera. Salvo Tomás Santos dimitiendo y Tomás Martínez asumiendo como propia la derrota sin culpabilizar a la situación nacional, todos los demás prosiguen poniendo paños calientes y absurdas excusas en modo numérico para intentar paliar, en la medida de lo posible, un resultado catastrófico. La autocrítica ni está ni se la espera.
Con este panorama, la plataforma Democracia Real Ya, continúa recaudando adeptos a la causa sin más trabajo (que ya sobra) que el de sacar a relucir las vergüenzas, cada vez mayores, de nuestros políticos. En Calahorra, este colectivo crece paulatinamente y día a día se manifiestan pacíficamente en el paseo del Mercadal, junto a la Moza, por una sociedad mejor dirigida en la que todos, lejos de estar amordazados, tengamos más oportunidades de decidir en una democracia, eso sí, REAL.
IMAGEN, TOMADA POR LA CABAÑA PROGRESISTA, DE LA CONCENTRACIÓN DE AYER DÍA 27 DE DEMOCRACIA REAL YA! CALAHORRA.
Todos a las calles a ver si se dan cuenta de una vez esta pandilla de politicos de lo que quiere el pueblo.
Estoy muy de acuerdo con tu artículo. Nada que añadir, salvo que la democracia, en vez de REAL yo la quisiera REPUBLICANA.
(Entiéndeme la indirecta)
Salú y república pronto,
A ver cual de los partidos se abroga la «protección y amparo» de los acampados e indignados, porque ya he oído rumores que nos haría volver a la casilla 1.
Saludos
A ver si de la autoreflexión interna, que nos prometen, surge la limitación de cargos, la obligación de una mínima cotización a la SS, fuera de la política y que nadie haga de ella una profesión eterna, eso entre otros muchos males que tiene el partido